AINA FERNÁNDEZ FORNELL
Aina Fernández Fornell es una joven de 15 años de edad. El pasado 15 de Septiembre comenzó sus clases de 4º de la ESO en el Instituto “Ciudad de Hércules”. Siempre ha sido una buena estudiante, excepto en la asignatura de matemáticas, donde ha tenido más dificultades. Le gustaría estudiar filología hispánica o bien, filología árabe y trabajar de intérprete. Sin embargo, Aina tiene una característica que la hace ser una chica peculiar, interesante y un modelo a seguir. Cuando tan sólo contaba con 7 meses, un pediatra les comunicó a sus padres que Aina había nacido ciega. Aun así, sus familiares procuraron desde el principio que su evolución social y escolar fuera prácticamente idéntica al resto de niños y niñas, aunque con las limitaciones propias de una persona ciega. Aina nos cuenta la sensación que tuvo cuando, con tan sólo 4 años, unas chicas mayores cuidadoras de niños pequeños de su colegio le comentaron su peculiaridad. “Fue bastante brusco”. “Yo creo que en ese momento cambié, cambió mi carácter, mi forma de pensar y de ver las cosas...”. Aún así, se alegra de haberse enterado pronto.
Esta experiencia y estas vivencias han hecho que los demás nos acerquemos a Aina interesándonos por la forma en la que aprende el braille, para ayudarla cuando necesita apoyo, o para conocer su forma de ver e interpretar el mundo. Una vez le preguntaron cómo soñaba una niña ciega y ella respondió que de manera tridimensional, sin imágenes, “Cuando sueño que como, lo como realmente, no lo veo, y cuando sueño con agua, no la veo, noto que la toco”.
Es cierto que el sentido de la visión lo tiene mermado, porque sólo llega a ver la claridad, nota cuándo es de día y cuando es de noche, pero otros de los muchos sentidos que el resto tenemos medianamente desarrollados, Aina los tiene superdesarrollados. Por ejemplo, percibe el sonido mucho antes y con mayor intensidad, su memoria a corto y largo plazo es excelente (“soy la agenda de mi madre”) y haber aprendido a leer el braille le ha facilitado el sentido del tacto.
LA AYUDA DE LA ONCE…
La Organización Nacional de ciegos españoles (ONCE) es una institución, con cerca de setenta años de antigüedad, dedicada al desarrollo integral de las personas con discapacidad visual, trabajando desde la autonomía personal hasta la atención educativa, la normalización laboral, la accesibilidad universal por medio de las nuevas tecnologías y el disfrute del ocio y del tiempo libre. Son organizadores de bastantes actividades lúdicas, entre ellas las “Jornadas Lúdicas para toda Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla”, que se organizan en Sevilla una vez al año. Allí se reúnen los niños/as de 6 a 12 años de edad para hacer actividades al aire libre como cuenta-cuentos, payasos, collares, pulseras… y chicos/as de 13 a 18 años, para asistir a conferencias, charlas sobre un tema concreto, y actividades de tiempo libre como música, tiro olímpico… Aina lleva asistiendo a estas Jornadas desde los 6 años de edad. Suelen hacerse en primavera y duran un fin de semana. Lo que más le aporta es poder encontrarse cada año con los amigos/as que ha ido haciendo en estas jornadas.
Además, este verano la ONCE organizó, por primera vez en Andalucía, un Taller de Tiflotecnología (Informática para ciegos), que duró una semana. Se hicieron cursos de escritura, internet, se explicaron los comandos de programas específicos para cada nivel de visión… También hubo tiempo para el ocio y el tiempo libre, salieron a pasear por el río Guadalquivir y se alojaron en apartamentos de 12 personas, con su cocina, lavadero… dentro del Colegio CRE “Luís Braille” (Sevilla). La experiencia fue tan enriquecedora que está previsto volver a repetir el taller el verano próximo.
La ONCE de Cádiz organiza también campamentos de verano, a los que lleva asistiendo Aina desde los 11 años. Cada año es en un sitio diferente, pero donde más le ha gustado ha sido en el Colegio San Juan Bosco (Campano) porque las comidas se hacían en el colegio, las cabañas eran bastante grandes, las actividades estaban bien organizadas y porque, según nos cuenta Aina, “cada vez que salíamos, pasábamos por frente de mi casa”. Otros campamentos se hicieron fuera de Chiclana, en el Puerto de Santa María, en un sitio en el Bosque y Benamahoma, en Marbella.
Páginas recomendadas por Aina:
www.once.es (página oficial de la ONCE)
www.tifloweb.com (página para descargar programas para ciegos)
www.tiflolibros.com (página argentina para bajar libros en formato daisy)
LEYENDO EL BRAILLE…
El braille es un medio táctil, a través de la yema de los dedos, de lectura y escritura, consistente en unos puntos en relieve organizados de forma parecida a los del dominó. A Aina se lo enseñaron con 5 años, cuando los demás niños y niñas empiezan a aprender las vocales. Lo aprendió a partir del cuento “El hada Braillina” que narra como, por arte de magia, un hada hizo aparecer los puntitos del braille para que las personas que no vieran nada pudieran leer e intercambiar información tanto con otras personas con ceguera como con personas que ven. Son los profesores de la ONCE los que enseñan este sistema en los colegios ordinarios.
Así mismo, el braille permite el acceso a la información a través del ordenador y mediante la tecnología adaptada para personas ciegas o deficientes visuales, también denominada Tiflotecnología.
COMO ATRIZ DE TEATRO...
Desde 1.993, la ONCE organiza en la Sede de Cádiz talleres de teatro para varios niveles de edad. Aina comenzó a ir a los ensayos con 8 años, pero no pudo actuar hasta el año siguiente porque estaban montando ya una obra y los papeles estaban dados. Los chicos y chicas del teatro ensayan todos los sábados, de 10:30 a 13:30, y si hay alguna actuación importante o algún puente por medio, se quedan hasta las cinco de la tarde. Cuando la directora quiere hacer una obra nueva y saber qué personaje le va bien a cada alumno/a, les hace pruebas pero sin que ellos se den cuenta. Cuando tienen la obra montada, repasan el texto y en los descansos, se dedican a jugar.
Desde que comenzó en el teatro, Aina ha participado en obras como:
Ø “Menudo show”. Obra que simula un programa de variedades, gente que hace varias cosas, habilidades tipo una funambulista caminando por una cuerda, payasos… Aina participaba al final, haciendo del “Malo Malísimo”, quitándole y rompiéndole la flor que un payaso le regalaba a la funambulista de la que se había enamorado.
Ø “Las aventuras de Bartulillo”. Obra que trata de un niño que vive sólo con su abuela y un día llega el cobrador del banco para embargarles la casa. Su abuela le cuenta que su abuelo había escondido un tesoro dentro de la casa pero no sabía donde. En esos días, Bartulillo encuentra el libro con el que consigue recuperar el tesoro, pero pasando por una serie de aventuras. El libro consigue tragarse a Bartulillo y éste se sumerge en distintas historias, cada una con un personaje diferente: una india (Aina), un pirata, una bruja y una reina.
Ø “Moros y cristianos”. Un califa tenía en una las torres de su palacio una espada mágica que los cristianos querían conseguir a toda costa. Un día, el guardia de palacio avisa de que llegan los cristianos. Curiosamente, los moros creen que esos cristianos son monstruos con rabos, cuernos y pezuñas. Cuando salen a la lucha, los cristianos, también descubren que tienen la misma imagen de los moros. En una de las escenas, el caballero cristiano se encuentra con la hija del califa, se enamoran y descubren que son iguales. Al final, consiguen la paz convirtiendo la espada en una rosa. Aina interpreta a Zalema, una de las criadas de la princesa.
Ø “¡Socorro, todos en peligro!”. Obra en la que a cada personaje de un cuento típico le han robado una cosa típica. Por ejemplo, a Caperucita Roja (Aina) le roban su caperuza, al Gato con Botas sus botas, a la Ratita Presumida su espejito… Al final de la historia se descubre que fue una bruja la ladrona de estos objetos pero que, afortunadamente, se convierte en buena yendo todos juntos a merendar chocolate con churros a su palacio.
Ø “Un cuento chino”. En un pueblo tranquilo de China, vivía un niño que decía muchas mentiras y se dedicaba a asustar a los habitantes del pueblo. Los ancestros decidieron que había que parar eso y lo mandaron a buscar la manzana de la verdad. En medio de la obra, aparece un dragón con acento gaditano y cantando el himno del Cádiz que se cree que es chino. Al final de la historia, el niño le da la manzana al dragón para que sepa la verdad de su identidad y su origen. Aina hace de una de las chinas del pueblo.
Ø Su próxima obra de teatro se titulará “Los libros olvidados”, donde Aina interpretará a Sherezade, la princesa de las mil y una noche y, aunque todavía no podamos saber de qué se trata por ser “secreto profesional”, ¡estamos todos invitados a ver su representación!
De cada obra han realizado varias representaciones en distintos lugares de Andalucía (Cádiz, Sevilla, Córdoba, Almería, Algeciras, Chiclana de la Frontera y San Fernando). También han actuado en otras provincias españolas como Valencia, Alicante, Madrid, Badajoz y A Coruña. Los viajes han sido para actuar en festivales, les han servido para ver la técnica que utilizan otros grupos de teatro y han aprovechado para realizar visitas culturales. “Los viajes han sido bastante buenos, sobre todo porque hemos estado con los amigos, sin los padres”.
SU MAYOR AFICIÓN: LA DANZA DEL VIENTRE…
La danza del vientre es un tipo de danza que combina elementos tradicionales de Oriente Medio junto con otro del Norte de África. Incluye movimientos de folklore egipcio, danza clásica y contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos de todas las partes del cuerpo, pero sobre todo de la cadera.
Aina comenzó sus clases de danza del vientre hace dos años, casi todas sus amigas del colegio ya estaban apuntadas y se lo recomendaron. Era la única chica ciega del curso y aunque empezara tres meses más tarde que el resto, no tuvo problemas en alcanzarlas. Nos cuenta que al principio le costó adaptarse, “un poquito difícil sí que ha sido, porque antes no me había gustado mucho bailar”.
Lo primero que aprendió fue los pasos básicos, y cuando los hubo aprendido, le añadió un elemento de complejidad al baile: el velo. Para este tercer año tienen previsto incorporar un bastón forrado de terciopelo o bien de lentejuelas.
A los ensayos asiste con unas mayas y una camiseta ombliguera y va un día a la semana durante dos horas. Su profesora se llama Zulema, es española pero lleva 23 años bailando danza del vientre (www.zulema-danzaoriental.es).
Sus compañeras más avanzadas hacen ya espectáculos de cara al público en el Teatro Moderno. Aina sólo ha actuado una vez con ropa árabe y fue en una fiesta que hicieron en su instituto. Aún así, se siente tan unida a esta danza que no duda en practicarlo, “monté una coreografía yo sola en un campamento al que fuimos y luego otra para la gente del teatro. Yo pensaba que era una coreografía bastante “chorra” pero la verdad es que se quedaron alucinados/as, incluso una profesora de cuando yo era chica, lloró y todo…”.
SU GUSTO POR LA CULTURA MUSULMANA…
Empezó hace bastante tiempo, cuando Aina tenía 7 años. Fueron varias las razones que la llevó a interesarse por la cultura árabe. Por una parte, su tía le presentó una amiga marroquí y en cuanto la escuchó hablar árabe, se juró a sí misma que tenía que aprender ese idioma. Otro día, viendo una película española en la que una mujer acogía en su casa a un inmigrante marroquí, le interesó el hecho de que el protagonista no comiera manteca por estar elaborada con grasa de cerdo. Además, en el teatro le tocó representar escenas de “Moros y cristianos”, una obra en la que tenía el papel de Zalema, una mora que tocaba un triángulo. Le fascinó tanto la ropa y la música árabe que comenzó a leer, cada vez más, acerca de esta cultura.
Tendría 13 años cuando su gusto por la cultura musulmana aumentó al conocer a un chaval saharaui, en unas jornadas lúdicas de la ONCE en Sevilla. Al ser una persona extranjera, todos los chicos y chicas empezaron a preguntarle por las costumbres de su país. Aina, personalmente, le contó su interés por el árabe y, a partir de ahí y en las próximas jornadas, Mohamed le fue enseñando aspectos relacionados con la religión y la vida en el Sahara.
Después de una larga meditación, Aina asegura que se pasaría a la religión islámica. Sin embargo, si fuese musulmana, no llevaría velo y vestiría “normal”, aunque rezaría 5 veces al día, no comería cerdo, haría el ayuno en el mes de Ramadán (que empezó el 1 de Septiembre y terminará el 26 de septiembre) y peregrinaría una vez en su vida a la Meca. No niega que le guste la religión cristiana, pero asegura que no le ha respondido a las preguntas básicas sobre el sentido de la vida. Por el contrario, después de haber leído varios versículos del Corán, considera que éste es mucho más fácil de interpretar que la Biblia y que ha encontrado las respuestas a las preguntas que buscaba.
Actualmente, está aprendiendo árabe. Un chaval voluntario de 35 años, cuyo padre es marroquí, se interesó por la historia de Aina y se ofreció para darle clases de árabe de forma gratuita. Vive en Cádiz y la primera vez que lo vieron fueron a recogerlo a la estación de autobuses del Pájaro. Ese mismo día empezaron las clases, fueron un poco ridículas porque no decían palabras en árabe, simplemente ponían palabras en español que más o menos concordasen con la caligrafía árabe. “Nos hartamos de reír…”. Además, en sólo 2 días se aprendió el alfabeto en ese idioma. La labor de este voluntario para con Aina está gustando tanto a la ONCE, que le han propuesto dar clases en Cádiz para un grupo de personas, pero él solo aceptará si esas clases son gratuitas para los alumnos y no cobrase nada.
Desde que empezaron sus clases en junio de este mismo año, ha tenido que ir aprendiendo a escribir las letras árabes en el formato braille, lo cual aumenta la dificultad de este sistema de escritura ya que, aunque algunas letras árabes se parezcan al español, otras son totalmente distintas o son las mismas que las que utilizamos en España pero con distinto sonido. A parte, existen unos signos particulares que se utilizan a la hora de escribir y que hay que aprender porque en el Corán suelen aparecer. “Tuve que aprenderlos y fue un poco complicado, pero ya me voy acostumbrando”. Lo más difícil es que Aina ha tenido que ir modificando letras del español escritas en braille, para que se parezcan a letras árabes escritas también en braille.
- Su libro favorito... “La aventura de Said”. Joseph Lorman. Ediciones SM
- Su color preferido... El rojo
- Su mayor deseo... Tener un sitio en la Real Academia de la Lengua Española
- La comida que más le gusta... La ensaladilla rusa
- Su ídolo... Mariam Hassan (cantante saharaui)
- La canción más escuchada... “Agüita de Abril” - María Villalón
- Su mayor afición... Montar a caballo
- Una película...“Las Crónicas de Narnia”